Tu alimentación debe adaptarse a tu vida cotidiana y hasta tu ciclo menstrual, aquí te contamos porqué…
Normalmente un plan de alimentación debe ser personalizado de acuerdo al estilo de vida de cada persona, donde también se toma en cuenta la actividad física, la edad, la composición corporal, etc., ya que cada individuo tiene distintas necesidades. Esto mismo sucede en las mujeres durante su ciclo menstrual.
A lo largo del mes suceden muchos cambios a nivel hormonal, físico e incluso emocional, que en ocasiones se vuelve un condicionante en la selección de alimentos, por lo que es indispensable considerarlo un factor importante en la adaptación de un plan de alimentación.
Una alimentación saludable es indispensable
Para entender mejor, el ciclo menstrual es un mecanismo fisiológico por el cual el cuerpo de una mujer se prepara para poder reproducirse, durante estos días existen cambios y alteraciones que pueden causar impacto en el organismo. El ciclo menstrual comúnmente dura 28 días, pero esto puede variar dependiendo de cada organismo.
Los primeros 14 días se conocen como fase folicular, en esta fase aumentan los niveles de estrógenos. Los segundos 14 días como fase lútea, donde comienza la producción de progesterona. Y a la mitad de estas dos fases ocurre la ovulación.
Una deficiencia de energía o nutrientes puede afectar el ciclo menstrual y tener una alteración en las hormonas lo que podría llevar a suspender la ovulación, es por eso que una alimentación saludable es sumamente importante a lo largo del ciclo menstrual.
¿Qué comer en esos días?
Durante la fase folicular es importante cuidar el aporte del hierro, este lo encontrarás en alimentos como la carne, y en leguminosas como el frijol, además de mantener una hidratación adecuada, ya que en este momento es donde comienza el sangrado, así como la inflamación, por lo que agregar alimentos ricos en Omega 3 favorece la desinflamación. El Omega 3 lo encontrarás en pescados y semillas como las nueces y almendras.
Durante la fase lútea, existe una ligera resistencia a la insulina, esto provoca que existan antojos hacia alimentos ricos en calorías, además de que por los bajos niveles de serotonina, aumenta tu necesidad por consumir dulces, recordemos que la serotonina es mejor conocida como la hormona de la felicidad. Por lo que una recomendación durante esta fase podría ser el consumo de frutas y chocolate oscuro, que sin duda ambas son una excelente versión de alimentos ricos pero saludables.
No olvides que es importante visitar a tu nutriolog@ el cual podrá asesorarte en cantidades y tipo de alimentación, prefiriendo el balance que mejor favorezca tus objetivos, pero sobre todo que vaya de acuerdo a tus necesidades.
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