Sea cual sea el entrenamiento o la disciplina que practiques o en la que compitas, uno de los factores más importantes a evitar son las lesiones deportivas.
Existen diferentes tipos de lesiones con sus consecuentes niveles de gravedad y terapias físicas de recuperación; entre las principales puedes encontrar: fracturas, esguinces o desgarros, luxaciones e inflamaciones ya sea en huesos, músculos o tendones. Todas éstas te podrían llevar a un cese parcial o total de tu entrenamiento y como consecuencia inmediata de esa inmovilización se podría dar, la pérdida de masa muscular.
A consecuencia de todo esto podrías presentar una serie de cambios fisiológicos entre los cuales se han observado, una disminución de la fuerza, del gasto metabólico, de la sensibilidad a la insulina y un aumento de la acumulación de grasa.
Una alimentación correcta será un factor clave que podrá ayudarte evitar lesiones:
Hábitos alimenticios preventivos
Tu objetivo será que tus músculos, huesos y tendones estén en las mejores condiciones y prevenir cualquier tipo de lesión, así como minimizar el tiempo de recuperación y cicatrización.
Una buena hidratación es importante ya que un músculo mal hidratado tiene más riesgo de lesión, contracturas y calambres, mientras que un músculo bien hidratado es más flexible y resistente, por lo tanto, es menos susceptible a lesionarse.
Mantenerte hidratado es fundamental si deseas realizar un buen entrenamiento, acelerar la recuperación, evitar la fatiga y la deshidratación.
Tu alimentación se debe caracterizar por ser una dieta equilibrada y variada rica en carbohidratos complejos, proteínas de alto valor biológico, adecuada en ácidos grasos esenciales y suficientes vitaminas, minerales, agua y fibra.
Qué comer cuando te lesionas
Durante la inflamación será importante que aumentes el consumo de grasas buenas, presentes en el aceite de oliva, aguacate, aceite de pescado, pescados, nueces y semillas. Por otro lado, debes evitar la comida inflamatoria que se encuentra en la comida procesada, aceite de palma, aceite de girasol y productos con grasas trans.
Durante la lesión, los antioxidantes presentes de manera natural en los alimentos favorecen a tu recuperación, estos se encuentran principalmente en frutas y verduras.
Es importante que la ingesta de energía (calorías de tu dieta) sea sin una reducción drástica sino la suficiente de acuerdo a tus requerimientos para favorecer la cicatrización y evitar la pérdida de masa muscular.
Toma en cuenta que una de las consideraciones para apoyar tu pronta recuperación y volver lo antes posible al entrenamiento será el trabajo multidisciplinario entre tu médico, fisioterapeuta y nutriólogo.
Como has podido leer, el tener una alimentación de calidad, suficiente en energía, proteína y nutrientes es fundamental para prevenir lesiones, recuperarnos de ellas o reducir al mínimo los efectos colaterales. El descanso y la nutrición durante las lesiones deportivas marcan la diferencia. Cuídate y en ti está mejorar para que tus entrenamientos sean exitosos.
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