Si amas la natación y la naturaleza, la mezcla perfecta estará en un río, un lago o en el mar, pero checa aquí cómo debes cuidarte al realizar esta actividad.
Sin duda, nadar en aguas abiertas implica un reto más grande que para quienes practican natación frecuentemente en una alberca. La natación en aguas abiertas es una disciplina que requiere algo de técnica, mucha confianza y material esencial. Este verano, con muchas albercas cerradas, es un momento ideal para lanzarse.
Consejos para principiantes
Si eres novato, te recomendamos reservar en algún centro de natación donde podrán asesorarte e introducirte a los conceptos básicos, además de ofrecerte un recorrido marcado (lo normal son más de 100 m marcados con boyas con puntos claros de entrada y salida) y un equipo de socorristas alrededor en kayak o pequeñas embarcaciones.
Por tu seguridad tómalo en cuenta
- Nunca nades solo.
- No nades en una zona desconocida.
- Analiza el recorrido desde fuera y valora que el acceso y la salida estén libres de sargazo, elementos cortantes, cristales…
- Visualiza el recorrido y hazte un esquema mental en el que te imagines realizándolo, teniendo en cuenta posibles vías de salida y alternativas de acuerdo con tu nivel y guarda fuerzas para la vuelta.
- No saltes de cabeza, entra poco a poco y mójate antes de ponerte a nadar.
- No nades a última hora del día y evita nadar en contra de la corriente, de las olas y del viento.
- Siempre que puedas nada en una zona vigilada y en paralelo y cerca de la orilla.
- Lleva una boya de seguridad agarrada a la cintura, pero asegúrate de que el cinturón tenga un cierre rápido que se pueda soltar en caso de necesidad usando sólo dos dedos.
- Antes de meterte en el agua asegúrate de que alguien te esté viendo y siguiendo mientras nadas.
- Si hay socorrista habla con él, pregúntale cómo está el día para nadar y cuéntale tus planes.
- Antes de meterte mide con termómetro la temperatura del agua. Adapta tu protección valorando también la velocidad del viento y el mecanismo de convección que provoca una gran pérdida de calor por efecto del viento sobre la piel.
- Cada cierto número de brazadas mira al frente para orientar tu trayectoria y corregir posibles desviaciones.
- Si te encuentras mal o empiezas a sentir frío, sal de inmediato.
- Si te ves afectado por una corriente, resaca o fuerte oleaje y no puedes salir, no luches contra ellas, agarra tu boya y adopta la posición de auto salvamento, y déjate llevar, el servicio de salvamento te rescatará.
Dile adiós al miedo y cumple tus metas
Si comienzas y sientes miedo te recomendamos que dividas la natación en bloques de, aproximadamente 50 brazadas, o comprométete a nadar hasta cierta boya antes de dar la vuelta. Centrarse en objetivos pequeños te ayudará a relajarte.