¿Eres de las personas que les cuesta trabajo dejar de comer entre comidas y que siempre están buscando algún snack? Entonces este artículo será de mucho interés para ti.

No solo la ansiedad o el descanso insuficiente son algunas causas de la falta de saciedad; estudios científicos han demostrado que genéticamente podemos estar predispuestos a tener problemas con el control de nuestra alimentación.

Cuando hablamos de saciedad nos referimos a la sensación que se produce al satisfacer de manera excesiva un cierto deseo o necesidad. Habitualmente todo esto lo relacionamos a la parte de la alimentación, por lo tanto, podemos decir que una persona alcanza el estado de saciedad cuando su organismo ya no le demanda seguir comiendo.

¿Por qué nos sentimos satisfechos?

La saciedad está regulada por una hormona llamada leptina. La función principal de la leptina es inhibir la ingesta de alimentos. Cuando tenemos hambre los niveles de leptina se ven disminuidos, pero una vez que comemos se envía una señal al hipotálamo para aumentar los niveles de leptina y provocar la saciedad.

Algunas investigaciones han demostrado que existen personas que no producen leptina en cantidades suficientes, teniendo como consecuencia que estos individuos tengan un aumento en la sensación del hambre y por lo tanto una mayor ingesta de alimentos.

Una de las causas de este problema es una variante genética del gen llamado FTO (gen asociado con la masa grasa y la obesidad). La función de este gen está relacionada con el control hipotalámico de la saciedad y la hiperfagia, la cual se define como un aumento excesivo de la sensación de apetito. Las personas portadoras de esta variante genética presentan una continua sensación de hambre, a pesar de haber comido, causando una pérdida en el control de su alimentación y llegando a presentar problemas de sobrepeso y obesidad.

El conocer si se tiene esta variante genética puede permitir tener un enfoque nutricional adecuado, ya que las personas portadoras de dicha variante deberían tener un plan de alimentación enfocado a favorecer y generar saciedad. Por ejemplo, algunas de las recomendaciones nutricionales para este tipo de personas podrían ser: fraccionar los tiempos de comida, comer alimentos ricos en fibra y proteína, poner atención en la textura de los alimentos, etc. El personal de nutrición será clave para poder indicar la mejor estrategia a seguir.

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