La motricidad fina no es una habilidad específica del aprendizaje, como lo son la lectura o las matemáticas. Pero tienen un impacto directo en la capacidad de aprender de los niños y demostrar lo que saben.
1.- Pintar con burbujas.
El adulto preparará una mezcla de jabón para hacer burbujas con colorante, le pondrá una cartulina enfrente al niño y lo retara a soplar burbujas y que estallen en el papel para pintarlo.
Utilizaremos nuestro tradicional juego de lanzar la pelota y atraparte variando los objetivos a lanzar y las distancias para estimular la coordinación “ojo-mano”.
3.- La telaraña.
El adulto pondrá en un cesto diversos objetos y ayudándose de los orificios del cesto colocara hilo o listón simulando una telaraña, el niño con ayuda de una pinza tratara de sacar los objetos.
4.- El plato del bien comer.
El adulto le mostrara al niño una ilustración del plato del bien comer, y pedirá que con ayuda de plastilina moldeen sus alimentos favoritos en cada área, para después colocarlos en un plato dividido según corresponda.
5.-Dibujos cremosos.
Colocamos crema para afeitar en la palma de la mano del niño y le pedimos que la disperse sobre la mesa, cuando toda la mesa se encuentre llena de la crema podemos comenzar a dibujar todo lo que se nos ocurra, incluso podemos inventar una historia y dibujar a los personajes de nuestro cuento ¡Deja volar tu imaginación!
Tip: Recuerda que desarrollar la motricidad fina ayudará a cada niño a realizar mejor sus actividades cotidianas como cepillarse los dientes, comer con cubiertos, etc.
Elaborado por:
Mónica Mayté Real Salinas
Lic. en Pedagogía
Coordinadora de Actividades Infantiles
Sport City Oaxaca