Permitir y animar a los niños a expresar sus sentimientos, tanto positivos y como negativos, puede apoyar su desarrollo emocional.
1.-.Como te sientes cuando
Los participantes de la familia se sentarán formando un círculo. Elegirán a un integrante para que dirija el juego, este irá mencionando diferentes situaciones , por ejemplo: cuando tengo hambre yo me siento…, cuando no encuentro mi juguete favorito yo me siento…Cada participante deberá decir cómo se siente y motivar al niño a que él también exprese cómo se siente, reafirmándole que es importante siempre decir cómo se siente.
2.-Eso sí y eso no
Hacer un círculo con los integrantes de la familia y con una pelota de trapo, jugarán a aventarla , primero el niño al adulto y luego cambiará el rol , cuando la atrape debe decir lo que le gusta y lo que no le gusta por ejemplo: no me gusta la piña, pero el melón si , etc. Así pasará cada integrante del juego, tomando la pelota y diciendo lo que le gusta y lo que no le gusta.
3.-Vamos a probar
En recipientes de plástico que no sean transparentes se colocarán alimentos por ejemplo: diferentes frutas, el niño con los ojos vendados probará lo que contiene cada recipiente , después el adulto le pedirá que le diga cual fruta no le gusto, y que intente describir si no fue por el sabor, la textura etc. Resaltando la importancia de consumir alimentos nutritivos
4.-La hora del baño
A veces para el niño la hora del baño es complicada ya sea porque no le gusta el cambio de temperatura, sentir el agua en la cara o la sensación de frío, para motivar a que el niño realice esta actividad el adulto le dirá que este día será diferente ya que cada quien llevara su juguete preferido y podrán jugar y reforzar con una historia de la importancia una historia del baño y la higiene y dejarlo que juegue, que cante, que sumerja el juguete, que se divierta y se ría.
5.-Guardando miedos
El niño realizará un fantasma podemos utilizar un rollo de papel higiénico y pintarlo de blanco con pintura dactilar que llevará una pequeña bolsa donde se guardarán los miedos del niño, él podrá dibujarlos o con ayuda del adulto escribirlos en un papel y guardarlos en esa bolsa. Después el adulto le leerá los mensajes depositados en la bolsa y esto le ayudará a relativizarlo.
Por ejemplo: en la escuela tienen a Felipe (nombre del fantasma) y en su bolsa depositan todos sus miedos.
Elaborado por:
Clarisa Camacho Cubedo
Lic. En Derecho penal y Capacitadora para trabajar con niños y jóvenes con problemas de conducta (Niños de la Calle)
Coordinadora de Actividades Infantiles
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