El colesterol es una molécula indispensable para tu vida, es un tipo de grasa que tu organismo produce de manera natural y que se encuentra principalmente en los alimentos de origen animal (AOA).
Por sí mismo no es una sustancia negativa, ya que forma parte de varias estructuras de tu cuerpo como por ejemplo en las membranas de las células y sirve como precursor de hormonas, sales biliares y vitamina D.
En definitiva, ¡el colesterol es una grasa que necesitamos! Sin embargo, la acumulación excesiva de colesterol en tus tejidos y altas concentraciones en tu sangre, por encima de lo deseado, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El colesterol en la sangre no se mueve por tu cuerpo por sí solo, se combina con proteínas para moverse por tu torrente sanguíneo, a esa combinación se le llaman lipoproteínas.
Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) o “colesterol malo” se pueden acumular en las paredes de tus arterias ocasionando que tus vasos sanguíneos se vuelvan rígidos, se estrechen y lleguen a obstruirse. Esta placa facilita la formación de coágulos de sangre y a su vez estos puede obstruir una arteria que se ha estrechado y causar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
Por otro lado tenemos a las lipoproteínas de alta densidad (HDL) o “colesterol bueno” el cual se encarga de recoger el colesterol de tus arterias y llevarlo al hígado, donde se elimina o reutiliza.
¿Cuál es el riesgo?
Un colesterol LDL alto combinado con un colesterol HDL bajo, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Existen diferentes factores que pueden afectar negativamente y han demostrado estar asociados con niveles de colesterol elevado por ejemplo:
¡Aguas! que no te suba el colesterol
Respecto a la parte de la alimentación son 3 nutrientes los que pueden elevar tus niveles de colesterol LDL.
Para bajar el colesterol LDL se recomienda que introduzcas un programa de cambios en tu estilo de vida y los 3 aspectos importantes son:
Seguir una alimentación correcta es la clave para reducir el colesterol y los triglicéridos y así evitar enfermedades cardiovasculares, por lo tanto una dieta equilibrada debe ser esencial en el tratamiento.
Los alimentos se dividen en tres grupos dependiendo de la frecuencia de su consumo:
Por ejemplo: frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales, legumbres, pescado, y aceite de oliva.
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