“La boca que se abre y cierra a la comida, es la misma que quiere hablar”

Las emociones juegan un papel muy importante en la alimentación ya que muchas veces elegimos alimentos, calidad y cantidad dependiendo de nuestro estado de ánimo.

Es un tema interesante asociar las emociones con la alimentación ya que, si enseñamos a los pequeños a canalizar sus emociones y no sumergirlas en alimentos podemos prevenir sobrepeso, obesidad y sus complicaciones, así como trastornos de la alimentación y garantizar un buen crecimiento y desarrollo óptimo de los menores, pero sobretodo tener una bonita relación con los alimentos.

Se considera “comedor emocional” a aquel individuo que utiliza los alimentos para reconfortar emociones negativas, tales como el enojo, la frustración, la apatía, entre otras, con alimentos altos en azúcar y grasas, en grandes cantidades y sin una masticación adecuada.

Recordemos que premiar o castigar con alimentos generará una relación con las emociones y la comida, por lo tanto, eviten utilizar a los alimentos como el medio para disciplinar a los pequeños. Es importante que escuchemos con respeto a los pequeños, para que puedan externar sus emociones y que las canalicen con actividades que no interfieran con su salud de manera negativa, sino todo lo contrario forjando hábitos saludables o bien con actividades que disfruten como deportivas o artísticas, esto ayudará también a forjar el carácter de nuestros pequeños.

L.N. Graciela Mejía