Seguramente muchos de ustedes ya habían escuchado hablar de esta tendencia pero, la alimentación intuitiva para mí es algo nuevo y, la verdad, el nivel de bienestar que le da a tu vida se siente muy bien y es cien por ciento recomendable. Resulta que, como su nombre lo dice, esta forma de alimentación se basa en darle al cuerpo exactamente lo que necesita, o sea, si un día tienes antojo de una rebanada de pizza, puedes comerla, pero si sientes que tu estómago está satisfecho, entonces también hay que saber que es momento de dejar de comer.
En otras palabras, se trata de escuchar las señales de nuestro cuerpo para saber qué es lo que quiere y en qué cantidad debemos dárselo, claro que, cada cuerpo es diferente y todos necesitamos cosas distintas. También, lo interesante es que, justo, la alimentación intuitiva busca darle un balance a nuestra vida, pero, si quieres saber más de este tema y de cómo puedes aplicarlo, entonces sigue leyendo hasta el final de la nota.
Una comida mindfulness
Además de darle a nuestro cuerpo exactamente lo que necesita, otra de las cosas que la alimentación intuitiva busca, es que podamos disfrutar de nuestras comidas, porque no sólo se trata de comer y ya, sino de no distraernos y enfocarnos en ese momento para sentirnos plenos y realmente satisfechos, sin necesidad de comer más y más. Por ejemplo, si quieres lograrlo, tómate el tiempo necesario cuando vayas a comer, siéntate en un lugar cómodo y disfruta de todos los sabores, casi casi como si fuera un momento irrepetible. Vas a ver que después tu cuerpo te dará la señal de que se siente satisfecho.
También, algo sumamente importante dentro de la alimentación intuitiva es aprender a conocer cuándo sentimos hambre real o cuándo es emocional. Y es que, aunque no lo parezca, a los hombres también nos pasa que, ante el estrés, nervios o incluso felicidad, nos dan ganas de comer más, pero, aquí lo importante es reconocer esas señales de nuestro cuerpo, por eso es fundamental escucharnos y conocernos para no caer en la tentación y mantener nuestro ritmo y bienestar en todo momento.
Lo más padre de este nuevo hábito es que no sólo aplica en nuestra alimentación, porque también nos enseña algo que podemos aplicar en toda nuestra vida y es que, para sentirse bien, cada cuerpo sabe lo que necesita y eso es justo lo que debes darle, no más, no menos. Esto quiere decir que, para saber qué es lo que tu cuerpo requiere, debes ponerte atención, escucharte, consentirte y, obvio, siempre hacer lo que te haga más feliz.