Vivimos en un entorno que nos exige estar siempre activos, respondiendo mensajes, cumpliendo metas y navegando el estrés de una ciudad que no se detiene. En medio de ese ritmo, ¿Qué pasaría si tu clase de cardio pudiera ser algo más que una forma de sudar? ¿Y si también te ayudará a regular tus emociones, balancear tus hormonas y hasta dormir mejor? No se trata solo de hacer ejercicio. Se trata de elegir cómo quieres sentirte.

Aquí es donde el cycle y RPM se convierten en mucho más que una tendencia de entrenamiento: son terapias activas para tu cuerpo y tu mente.

Aunque parecidos, hay matices que los hacen únicos. RPM es una clase más estructurada, basada en intervalos de intensidad, velocidad y resistencia, diseñada para mejorar tu capacidad cardiovascular y llevarte al límite físico con control. En cambio, Cycle te permite fluir al ritmo de la música, conectar con tus emociones y moverte con una intensidad más libre, perfecta para liberar el estrés acumulado del día. ¿Cuál elegir? Depende de cómo te sientes… y de cómo te quieres sentir.. 

Lo importante es lo que pasa dentro de ti: estudios han demostrado que el ejercicio aeróbico, especialmente el ciclismo indoor, regula niveles de cortisol (hormona del estrés), incrementa la producción de dopamina, serotonina y endorfinas (hormonas que regulan el estado de ánimo y el bienestar), neuroquímicos esenciales para el bienestar emocional y la motivación, y además, mejora la sensibilidad a la insulina, lo cual es vital para regular tu metabolismo, reducir ansiedad por comer y evitar picos de energía que te agotan.

Y esto aplica para todos: tanto hombres como mujeres experimentan una reducción significativa en marcadores de inflamación y un aumento en la oxigenación cerebral después de una clase de spinning o cycle. En mujeres, se ha documentado que el ejercicio rítmico ayuda a reducir síntomas del síndrome premenstrual y mejora el equilibrio de estrógenos y progesterona (hormonas femeninas reproductivas) En hombres, impacta positivamente en los niveles de testosterona (hormonas masculinas reproductivas), energía y concentración.

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